Los jubilados son los más golpeados por la inflación
Un estudio analiza el impacto inflacionario en los medicamentos esenciales utilizados por personas mayores. Lo elaboro CEPA, CEPPEMA y ALGEC y abarca el período mayo 2015- noviembre 2017.
La evolución de los precios de los 21 medicamentos más consumidos por las personas mayores lleva a un dato preocupante ya que registran una inflación promedio de 124%, superando ampliamente la inflación medida para el mismo período (mayo 2015 a noviembre de 2017), que alcanza 99% (IPC CABA). Esto además se agrava si se toma en cuenta la modificación de la Resolución N° 005 de PAMI, que agrega condiciones para poder acceder al subsidio del 100% de cobertura en medicamentos, lo que se traduce en una disminución del acceso de jubilados a esta prestación.
Dentro de este estudio, encontramos casos de medicamentos que son esenciales y muy consumidos por personas mayores, los cuales han sufrido un aumento que varía del 50% al 270% . Medicamentos para Patologías Cardiovasculares como el Atenolol, fármaco de primera elección dentro del grupo de los Betabloqueantes para el tratamiento de hipertensión arterial, taquicardias y otras enfermedades cardiovasculares presentó un incremento del 266%. La Furosemida, diurético de masa utilizado en el tratamiento de insuficiencia cardíaca congestiva o hipertensión, que en general acompaña a otros medicamentos, aumentó un 174%.
Es importante tener presente que el 33% de las defunciones en personas de 65 años y más en Argentina son por causa cardiovasculares (Informe de Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud de la Nación del año 2015). Por lo tanto, el aumento de estas drogas genera una falta de acceso a los tratamientos médicos de manera oportuna y como consecuencia repercute en detrimento del estado de salud de la población mayor.
Para el análisis de los aumentos sufridos por los medicamentos por unidad se debe sumar que la mayoría de las personas de 60 años y más consumen en promedio entre 4-8 medicamentos, lo que hace inevitable el impacto negativo tanto en su economía como en su salud. Esta situación es sumamente preocupante, no sólo porque la imposibilidad del acceso a los medicamentos aumenta la mortalidad, sino porque además aumentan la morbilidad de patologías que generan dependencia y discapacidad, como lo es la concurrencia de un ACV con hemiplejía, consecuencia de la falta de un tratamiento antihipertensivo adecuado y oportuno.
La situación de salud que atraviesan las personas mayores hoy es grave. Según datos de ANSES del 2016, el 52% de las personas de 60 años y más cobra una jubilación o pensión menor a la mínima o igual a la mínima, con lo cual se hace inviable poder financiar con recurso propios el aumento en los precios de los medicamentos.