La lactancia materna: única e indispensable
Según la Organización Mundial de la Salud – OMS, la alimentación con leche materna es la fuente aconsejada como aporte exclusivo en los primeros 6 meses de vida. Sus propiedades cumplen con todos los requisitos para el crecimiento y desarrollo saludable de los lactantes en esta etapa tan importante.
Este vínculo esencial entre la madre y el niño, puede marcar diferencias considerables en el desarrollo de la salud del nuevo ser. Desde los Centros Diagnóstico DIM aclaran las dudas y aportan las recomendaciones necesarias para llevarlo a cabo correctamente.
Estudios científicos revelan que el suministro de leche materna, durante la primera etapa de vida del bebé, disminuye notablemente los riesgos en la salud del infante. Reduce la posibilidad de contraer procesos infecciosos y las hospitalizaciones por diarreas y daños en procesos respiratorios.
El Doctor Pablo Blasco, especialista de los Centros de Diagnóstico DIM, señala las siguientes recomendaciones al momento de amamantar:
La alimentación del bebé:
Mantener la lactancia materna de forma exclusiva hasta los 6 meses de vida del niño, permite cumplir con la totalidad de sus necesidades nutricionales. Solo a partir de ese momento se debe comenzar a incorporar alimentos semisólidos y sólidos de forma progresiva. Lo más recomendable es continuarla hasta los dos años.
Comenzar con papillas de cereales, arroz, fécula de maíz, puré de hortalizas etc. Semanas después podrá incorporarse carne vacuna bien cocida y pollo. Esto debe hacerse una vez al día, en la primera etapa hasta llegar a las dos o tres comidas diarias rondando los 7 – 8 meses.
Luego, en la segunda mitad del primer año el aporte de leche materna se reduce en un cincuenta por ciento y a un tercio en el segundo año.
La alimentación de la madre:
“Es muy amplia la difusión mitológica sobre la alimentación para aquellas madres que se encuentran amamantando”, señala el doctor Blasco. Lo importante es mantener una dieta completa, balanceada y una buena hidratación.
La posición adecuada para amamantar:
No está establecida una posición determinada, pero cualquiera sea la elegida debe cumplir con los siguientes elementos: la madre debe tener un punto firme de apoyo lumbar y cervical que evite una postura encorvada. Luego la cara del niño debe colocarse hacia el pezón buscando la eversión de los labios para una buena succión, en todo momento el niño debe estar próximo al pecho. Es primordial lograr un óptimo contacto visual con el niño.
¿Cuándo debe suspenderse la lactancia?:
La madre y el niño son los que ponen fin a este proceso. Por un lado, la lactancia prolongada no tiene efectos nocivos en la salud física, psíquica ni emocional del niño. Por el otro, las consecuencias de la interrupción de la lactancia de forma prematura deben ser evaluadas según cada paciente.
Lo aconsejable es que se mantenga de manera exclusiva durante los primeros 6 meses y se prolongue hasta los dos años. Pero hay una diversidad de factores que pueden influir para que eso no sea posible.
Qué hacer cuando termina el proceso:
Al suspender la lactancia, la alimentación debe ser gradual, completa y progresiva. A los primeros alimentos aportados se deben incorporar progresivamente vegetales variados, carnes, lácteos, hidratos de carbono y legumbres.
Doctor Pablo Blasco