Nuevo antibiótico contra las infecciones hospitalarias
La resistencia a los antimicrobianos se produce cuando los microorganismos como las bacterias sufren cambios que hacen que los medicamentos dejen de ser efectivos. Hace más de 10 años que no había novedades en este campo.
Algunas bacterias se han hecho resistentes a muchos antibióticos potentes, reduciendo o anulando su efecto, y provocando lo que se conoce como resistencia antimicrobiana (RAM). “Hoy se calcula que entre el 30 y el 50% de los antibióticos que se utilizan en el ámbito hospitalario están mal usados o tienen un uso inapropiado; lo que ha generado que en los últimos años las bacterias generen mecanismos de resistencia. Se estima que para el año 2050 las causas de mortalidad por infecciones por gérmenes resistentes van a estar dentro de las primeras tres causas de muerte del mundo. Por lo tanto, hoy hay que tratar de mejorar la prescripción de los antibióticos e incorporar moléculas nuevas frente a estas infecciones.”, explicó la doctora Wanda Cornistein, médica infectóloga del Hospital Argerich y jefa de Control de Infecciones del Hospital Universitario Austral.
En este contexto, está disponible ahora en Argentina un nuevo antibiótico para combatir infecciones hospitalarias resistentes. Se trata de una combinación de ceftolozano/tazobactam (una novedosa cefalosporina combinada con un inhibidor de betalactamasas) desarrollado por el laboratorio MSD. El nuevo antibiótico, que constituye la primera novedad en su campo en más de 10 años, presenta una potente actividad contra gérmenes resistentes. “Este nuevo agente ha sido específicamente diseñado para tratar infecciones por gérmenes de difícil abordaje como las causadas por Pseudomonas aeruginosa (P. aeruginosa), entre otras. En Argentina, aproximadamente un 30% de las infecciones severas causadas por este patógeno presentan resistencia extrema a los antimicrobianos. Estudios en curso en el Instituto Malbrán indican que esta nueva terapia antimicrobiana es eficaz para combatir las cepas de P. aeruginosa que circulan en Argentina, con más de un 90% de éxito en los estudios in vitro. Estos hallazgos se suman a los resultados que el Instituto Malbrán presentó en la última edición del Congreso de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) donde se demostró que la nueva terapia resulta también eficaz para combatir el 90% de las enterobacterias productoras de beta lactamasa de espectro extendido de Argentina, un grupo de bacterias que provocan anualmente más de 30 infecciones cada 10.000 egresos hospitalarios.”, dijo el doctor Fernando Pasteran, bioquímico, microbiólogo, investigador principal del Laboratorio Nacional de Referencia en Antimicrobianos del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas del ANLIS Dr. Carlos G. Malbrán y asesor del Laboratorio Regional de Referencia en Antimicrobianos para la Red Latinoamericana de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos de la OPS/PAHO (OMS/WHO). “Este nuevo antibiótico nos permite contar con una artillería de tratamientos más amplia, en un momento en el que no tenemos muchas opciones terapéuticas.”, afirmó por su parte la doctora Cornistein.
Según datos de los Centros de Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés), se estima que cada año consecuencia de la RAM se producen en ese país más de 2 millones de enfermedades y al menos 23.000 muertes. Frente a esta realidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS), generó una lista de 12 bacterias junto con los respectivos antibióticos a los que ya son inmunes, con el fin de promover la investigación y desarrollo de nuevos fármacos que combatan la resistencia de microorganismos patógenos, un problema de salud mundial urgente de resolver.
Si bien las infecciones por microorganismos resistentes pueden suceder en cualquier lugar, son los centros de salud en donde aparecen con mayor frecuencia; y quienes están más en riesgo, entre otros, son aquellos pacientes que reciben quimioterapia, quienes se someten cirugías complicadas, reemplazos articulares o trasplantes de órganos; y quienes reciben diálisis. “Las consecuencias de una infección por gérmenes con resistencia a múltiples familias de antibióticos incluyen, entre otras, mayor duración de la infección, mayor mortalidad, internaciones más prolongadas, perdida de protección en el uso profiláctico en cirugías y otros procedimientos médicos e incremento de los costos de la atención médica. Además, la prevalencia creciente de resistencia a los antimicrobianos en seres humanos y en animales amenaza con erosionar a la economía mundial por las pérdidas de productividad y el incremento de los costos de tratamiento.”, explicó Pasteran.
Ante la amenaza de bacterias multirresistentes, todo nuevo antibiótico debe ir de la mano de un protocolo de uso y prescripción de antibióticos por parte de un profesional.7 “El protocolo que establece la OMS habla de la necesidad imperiosa de que en cada país y en cada institución, incluso en el ámbito ambulatorio y en los centros de tercer nivel, exista un programa de vigilancia y gestión del uso de antimicrobianos; estos son programas de mejora en la calidad de atención a los pacientes que se focalizan en tres puntos: usar el antibiótico adecuado de acuerdo al diagnóstico; disminuir la toxicidad en el paciente y prevenir y controlar el desarrollo de microorganismos resistentes, asegurando tratamientos costo-efectivos.”, detalló Cornistein.
El nuevo antibiótico de MSD está avalado por SMART (Study for Monitoring Anticicrobial Resistance Trends), un programa diseñado para monitorear la susceptibilidad antimicrobiana in vitro de aislamientos de infecciones intraabdominales desde el 2002, e infecciones urinarias desde el 2010 hasta la actualidad.