La empresa láctea que es el alma de una ciudad
Nació hace 20 años con el sueño de un matrimonio que elaboraba los productos con sus propias manos. Fue creciendo poco a poco, y cuando llegó a ser una gran fábrica un incendio devastador la dejó reducida a cenizas. Entre todos la pusieron nuevamente en pie y hoy Lácteos Aurora da trabajo a gran parte de la comunidad de 9 de Julio.
Martín Cappelletti es veterinario, y su esposa Paola Toledo, abogada. Con el objetivo de tener un proyecto juntos empezaron a comercializar leche en sachet y después se animaron a preparar en una olla muzzarella y venderla. Sumaron a dos colaboradores y el lugar de trabajo fue creciendo al igual que los productos.
Así fue tomando forma la fábrica. Llegaron más empleados y los primeros camiones propios. A la leche y muzzarella se le sumaron la crema y otros tipos de quesos, todos tan sabrosos que hicieron que la demanda aumentara rápidamente. Por eso en noviembre de 2009, se inauguró una nueva planta de elaboración en un predio cercano a la zona fabril de la ciudad de 9 de Julio, dotada de nueva tecnología, mejor equipamiento y una infraestructura que permitió asegurar la calidad de los productos elaborados cumpliendo con todas las normas establecidas.
La empresa se convirtió en un emblema de la ciudad y en una de las principales fuentes de trabajo para su población. Como parte del crecimiento quedaba pendiente llegar a las grandes cadenas de supermercados, algo que se concretó en 2016 a través de la marca Doña Aurora – sí, la de la muzzarella en cilindro que vemos en las heladeras de los locales cuando hacemos las compras-.
Pero no todas fueron rosas, a fines de 2021 mientras realizaban una soldadura en un ala nueva para ampliar la línea de producción, comenzó a incendiarse el techo. A pesar de los esfuerzos por controlar las llamas, el fuego se propagó rápidamente y la fábrica se quemó por completo. Como ocurrió en un horario en que la planta no estaba productiva ninguna persona resultó herida, pero el espacio del que vivían más de 100 familias quedó reducido a cenizas.
Sabiendo que no quedaba nada en pie, al día siguiente todos los empleados se presentaron voluntariamente bien temprano en el lugar. Se habían puesto de acuerdo en limpiar los escombros y comenzar con la reconstrucción. Recién 48 horas después pudo sumarse Paola a ellos, cuando su hijo mayor le dio ánimo y le dijo: “mamá, tenés que ir; no mires los fierros, porque que no hay, están totalmente destruidos, vos mirarle la cara a la gente, a los chicos…” Todos juntos trabajaron día y noche. Los casi 55.000 habitantes de 9 de Julio estuvieron pendientes y colaboraron para que “Lácteos”’, como ellos lo llaman, vuelva a ser lo que era. Bomberos, clubes, colegios, empresas, iglesias, el municipio, el gobierno provincial, el nacional, cada uno hizo su parte y cuando todo quedó limpio, con una olla prestada, como dos décadas atrás, volvieron a hacer muzzarella.
Hoy la fábrica nueva ya está armada casi por completo y es más grande, moderna y eficiente que la anterior. Todos sus productos pudieron ser nuevamente elaborados y sueñan con seguir creciendo y desarrollar el área de la línea vegetal, en donde la planta de tiene que ser totalmente diferente de la planta láctea. Pero además de preguntar por los proyectos, le pedimos a Martín y a Paola que definan en tres palabras a Lácteos Aurora y a su gente, y la respuesta fue “amor, compromiso y calidad”.