Tratamientos anti-age: qué hay que tener en cuenta
La Dra. Adriana Fiore (MN 111982) nos recibió en su consultorio del complejo Concord en Pilar y nos explicó cómo es posible atenuar las marcas del paso del tiempo de manera saludable y segura.
La médica especializada en Nutrición y en Estética asegura que un abordaje integral y profesional es siempre la mejor opción.
¿Qué es un tratamiento anti-age y qué papel cumple la alimentación en él?
Es aquel que permite intervenir en la prevención de la oxidación de los tejidos que en la piel se manifiesta con el deterioro de las propiedades mecánicas. Es un proceso, pero a la vista lo que comienza a aparecer es flaccidez, falta de luminosidad, se modifican los vectores y la dirección de las líneas de la cara, y así es como el triángulo de la belleza que tiene su vértice inferior y su base superior comienza a invertirse.
Actualmente encontramos alternativas que nos sirven para reparar las marcas que deja el paso del tiempo y podemos dirigir los tratamientos a minimizar el proceso de envejecimiento cutáneo y de envejecimiento general. El antiaging nos permite tomar decisiones certeras basadas incluso en el análisis del ADN en algunos casos y la nutrigenómica aplicada, basada en ciertas intolerancias por ejemplo alimentarias, nos permite establecer programas y tratamientos basados en medicina de precisión. Hay que tener en cuenta que el abordaje debe ser siempre integral y mas allá de las intervenciones localizadas hay que tener una visión global de la persona y entender que todo comienza con la alimentación.
¿Cuáles son las opciones de tratamientos con las que contamos? Y cuál se adapta mejor a cada situación?
Opciones hay varias. Desde el punto de vista médico siempre podemos aplicar tratamientos tópicos trabajados a partir la piel. Desde peelings físicos o químicos, bioestimulación colágena, radiofrecuencia, mesoterapia, tratamientos con aminoácidos, pépticos y de estimulación celular. En el último Congreso de Medicina Estética se trabajó mucho en novedades con protocolos con antioxidantes utilizando vitamina C, ácido hialurónico para mantener la luminosidad y la hidratación de la piel y varias técnicas combinadas.
En la consulta se determina cuál de ellos es mas recomendable utilizar. Hay que evaluar el estado de la piel, el fototipo, la situación clínica del paciente, las posibles alergias, la medicación que toma…Cada persona es individual y particular y la elección del tratamiento depende del diagnóstico que se haga. Hay que chequear como está el marco de la cara, la estructura de la piel, las marcas, surcos o arrugas del rostro y a partir de allí se decide que técnica usar o qué combinación de ellas será más efectiva a nivel correctivo y preventivo.
¿Qué debe tener en cuenta un buen profesional?
Un buen profesional debe realizar una historia clínica con los motivos de la consulta, los antecedentes personales y familiares del paciente para conocer cuales son las posibilidades y las eventuales contraindicaciones que pudieran tener en esa persona los tratamientos. Siempre hay que mirar desde el lugar de la salud, la visión estética debe tender a mejorar la calidad de vida del paciente y generar una sensación de bienestar. Además el profesional debe aplicar adecuadamente los protocolos y generar empatía para conocer las expectativas con respecto a los resultados. Hay que hablar y coincidir en cuanto al reconocimiento de la realidad y de la posibilidad de cambios a través de los tratamientos.
¿Qué le aconseja a los pacientes?
Mi consejo es que no olviden que la salud va de la mano de la estética y hay que ponerla en primer lugar. Por eso cuando concurran a espacios estéticos deben estar seguros de que los atienda un profesional de la salud que sepa llevar adelante cualquier tipo de contingencia o situación adversa que pueda presentarse. Hoy en día la oferta es muy grande pero la formación profesional es fundamental. En eso debe fijarse el paciente, y no esperar soluciones mágicas sino elegir entre opciones viables y saludables.