Pasadas las 20 hs en Honduras al 3800, en el Barrio de Palermo, el chofer de un taxi advirtió una falla en el motor y comenzó a ver llamas en la parte delantera de su auto.

Inmediatamente bajó de su Renault Megane porque el fuego se expandía rápidamente, inclusive hacia el interior del vehículo.

Sus intenciones de controlar las llamas, mediante él matafuegos reglamentario, fueron en vano, en cuestión de segundos el auto comenzó a incendiarse por completo y no quiso arriesgarse a utilizar el extintor que se encontraba debajo de su asiento.

El chofer, que se mostró tranquilo en todo momento, contó que ya terminaba el día de trabajo y estaba volviendo a su casa cuando en un momento sintió que el auto perdía fuerza e inmediatamente escucho una explosión. “Una manguera pudo haberse soltado y eso provocó el derrame de combustible”, explicó.

Luego de comprobar que el conductor no había sufrido ningún tipo de heridas y que el vehículo transitaba sin pasajeros, al momento del desperfecto, los bomberos que llegaron al lugar tomaron todo tipo de recaudos porque el “90% de los coches de alquiler, tienen GNC y su explosión por el contacto con el fuego es repentina y puede causar daños, incluso a la distancia”, explicó Juan Fabris, Bombero del cuartel de Recoleta.

Una vez que advirtieron que el taxi no contaba con tubo de Gas Natural Comprimido, procedieron a combatir las llamas, controlando su propagación y evitando cualquier tipo de daño en alguno de los “curiosos” que observaban el procedimiento a escasos metros del lugar.