Cayó un after clandestino de drogas
Se realizó un allanamiento por un “after hour” clandestino en el que se vendían todo tipo de drogas. Se secuestró cocaína, éxtasis, pasta base, cristal y ketamina. Funcionaba en pleno Palermo Hollywood. Hay dos detenidos.
Quien manejaba este lugar era un hombre 53 años proveniente de una familia de buena posición econónica. En el barrio era conocido como “El Vikingo”, por su altura, barba y trenzas. Su negocio consistía en abastecer a sus clientes de drogas, pero también ofrecer un espacio donde consumirlas libremente.
El lugar dónde se producía la compra-venta y el consumo era una propiedad sobre la calle Cabrera, esquina Humboldt, en Palermo Hollywood. Originalmente, “El Vikingo” había alquilado la casa de modo legal, pero luego había dejado de pagar, y fue denunciado por el dueño por usurpación. A partir de allí la convirtió en un “After hour”, tal como se conoce a los lugares que abren una vez que cierran los boliches y bares, y funcionan hasta el mediodía..
Además de drogas, se secuestró una balanza, armas blancas y chalecos antibalas. También se encontró un gorro con cuernos y una máscara de gas.
La investigación sobre este “after hour” comenzó a partir de los reclamos que realizaban los vecinos en los encuentros de “Comisarías Cercanas”. Según los relatos, en los alrededores de esta propiedad eran comunes los robos, peleas con cuchillos o piedras, personas orinando en la calle y amenazas. Esto ocurría todos los domingos a la mañana.
Al ingresar la policía, el lugar se encontraba en pleno funcionamiento con 13 personas (8 hombres y 5 mujeres), en distinto grado de intoxicación. La casa se encontraba en muy malas condiciones (suciedad, fetidez y cucarachas).
También se secuestraron tres cuchillos de distintos tamaños, un nunchaku, y una gomera con la que el imputado arrojaba cascotes desde la terraza cuando se armaban las peleas.
“El Vikingo” trabajaba con su socio, el cual se apoda “La Muerte”, una suerte de RR.PP que se ocupaba de organizar las fiestas. “La Muerte” traía a los consumidores y “El Vikingo” proveía las drogas. Para identificar a un cliente, “El Vikingo” se paraba cerca de la puerta y observaba a través de una persiana quien se acercaba. Según los testimonios, era común que los clientes del lugar fueran “cacheados” de armas al ingresar.
El Vikingo vivía con sus padres y un hermano menor, en un dúplex de seis ambientes, con jardín y dos autos de alta gama. En su casa se encontraron 7 envoltorios de cocaína. La madre y el padre se dedican a la importación de patines y aseguraron no tener idea de las actividades delictivas de su hijo. El hermano, instructor de tiro, confesó que no le llamaba la atención lo ocurrido, ya que su hermano llevaba muchos años rodeándose de “malas compañías” y ya había estado preso por otras causas.
“La Muerte” vivía en un departamento de dos ambientes a metros de su socio. Se conocían desde la infancia. En su casa se encontraron 3 chalecos antibalas. Ambos imputados fueron detenidos y puestos a disposición de la Justicia.
La investigación estuvo a cargo de la División Precursores Químicos de la Policía de la Ciudad, con colaboración de la comisaría 31. Interviene el Juzgado Federal n° 11, a cargo del Dr Claudio Bonadío.