Denuncian errores en la medicion de la pobreza
Un estudio realizado por el Centro de Economía Política Argentina CEPA analiza la reciente medición de la pobreza y la indigencia en nuestro país. El método y los patrones utilizados no serían los correctos.
Según el informe, el análisis de la medición de pobreza e indigencia no sólo debería acotarse a remarcar las inconsistencias de la última publicación, correspondientes al primer semestre 2017, sino que debería ampliarse a un estudio detallado de modificaciones, sesgos y errores metodológicos. La medición de la pobreza por ingresos contrasta una canasta básica de bienes con ingresos familiares. La canasta define un conjunto de necesidades, y los ingresos la capacidad de satisfacer dichas necesidades. Los ingresos individuales y familiares en Argentina son medidos por medio de la EPH, por lo tanto las inconsistencias arriba mencionadas tienen un efecto determinante en la medición actual de la incidencia de la pobreza y la indigencia.
Desde CEPA aseguran que el cambio de composición de canastas operado ha sido utilizado como justificación para obviar la publicación de indicadores de pobreza e indigencia desde el inicio del gobierno de Cambiemos y para evitar realizar un empalme con los datos anteriores. La proyección de canastas por medio de indices de precios sería erróneo metodológicamente, por eso comparan las canastas básicas de la nueva metodología con respecto a la anterior y muestran que la diferencia en los valores monetarios de ambas es pequeña y por lo tanto no es la fuente de la gran diferencia en los guarismos de pobreza que arroja la nueva metodología en relación a la anterior. Por el contrario, no existirían grandes diferencias en las mediciones entre una metodología y otra aunque el cambio de norma dificulte la comparación y haya sido usado, aunado al apagón estadístico entre diciembre 2015 y abril 2016, para ocultar el aumento de la pobreza e indigencia en el primer semeste de 2016.
La canasta básica alimentaria (CBA), que es la que marca la línea de la indigencia, previa a 2016 estaba basada en un estudio nutricional de 1988. De este estudio surgieron los requerimientos en calorías adoptados hasta 2016: el adulto equivalente requería 2700 calorías para no caer en la desnutrición. El valor de esta CBA, en base a precios de fines de marzo de 2017, es 2482,22 pesos. La nueva CBA surge de un estudio realizado en 2003, en el cual se propone el cambio de requerimientos nutricionales para toda la población traduciéndose en un adulto equivalente de 2750 calorías. A partir de estos nuevos requerimientos y en base a la ENGHo 1996/1997 se elaboró una nueva composición de la CBA. En la CBA de 2003, la exigencia por adulto equivalente es de 2750 calorías o sea 1.85% más calorías que la anterior.
La diferencia calórica entre la CBA previa al 2016 y después de 2016 es de 1,85%, la diferencia monetaria es de 1,70%. En consecuencia, el cambio de norma calórica de la CBA que aumenta la exigencia en 1,85%, conduce a un aumento monetario de sólo 1,7%.
Además, según el informe, de la misma manera que el gobierno realizó con la tasa de desocupación, la publicación del INDEC omitiría deliberadamente la evolución de la pobreza desde el inicio del gobierno de Cambiemos. En efecto, la evolución de los precios de los alimentos en los meses de diciembre y enero y sumado a ello, el tarifazo posterior, han golpeado severamente el ingreso de bolsillo de las mayorías argentinas, lo que habria ocasionado un consecuente y previsible aumento de la indigencia y la pobreza medidas por ingresos. A título ilustrativo, la medición de la incidencia de la pobreza para CEPA arroja 19.8% en noviembre 2015 y 24.4% en diciembre 2015 para el Gran Buenos Aires, coincidente con los valores de la UCA con la EAHU (23,7% a fin de diciembre). Con las mismas canastas y metodología CEPA encuentra una incidencia de la pobreza en abril de 2016 de 33.2% para el Gran Buenos Aires; vale decir un salto de más de 12 puntos porcentuales en menos de 6 meses de iniciado el gobierno de Cambiemos.
Particularmente los errores en la metodología de medición de la pobreza no sólo incluiría las inconsistencias de la EPH (de la cual se extraen los ingresos que luego se contrastan con el valor de las canastas), sino que además se detectaron errores en la composición, valorización y actualización de las canastas básicas utilizadas para representar las necesidades que debe satisfacer la población. Simplemente, las canastas utilizadas por el INDEC no representarían el patrón de consumo actual de la población al estar basadas en una encuesta de 1996/1997.