Recomendaciones para la prevención del sarampión
El municipio, a través del Departamento de Medicina Preventiva de la Secretaría de Salud, recuerda a la comunidad la importancia de controlar los certificados de salud y ante cualquier duda concurrir al centro de atención más cercano a su domicilio.
Al respecto, la Dra. Laura Bialorus, Jefa de Departamento de Medicina Preventiva, destacó “Cabe señalar que si bien el virus fue erradicado de América Latina hace unos tres años, rebrotó en los últimos meses en varios países de la región, principalmente en Venezuela y Brasil. De hecho, en la Argentina no se habían detectado casos autóctonos de este tipo desde el 2000”.
El repunte de la enfermedad, según los especialistas, también tendría relación con los movimientos anti-vacunas existentes en Europa y la situación crítica en Venezuela y Brasil.
El área recuerda el esquema de vacunación completo de acuerdo a la edad es el siguiente:
– De 12 meses a 4 años: deben acreditar una dosis de vacuna triple viral (sarampión-rubéola paperas)
– Mayores de 5 años: deben acreditar dos dosis de vacuna con doble o triple viral después del primer año de vida
– Las personas nacidas antes de 1965 no necesitan vacunarse porque son considerados inmunes.
Se recuerda que el sarampión es una enfermedad viral aguda, potencialmente grave, transmisible y extremadamente contagiosa. Sus manifestaciones clínicas son fiebre, conjuntivitis, resfrío, tos catarral y erupción generalizada con espacios de piel sana que comienza en la cara y luego desciende al tronco y miembros.
Las complicaciones pueden surgir como consecuencia del mismo virus o por una sobreinfección bacteriana, e incluyen diarrea, otitis media, neumonía (es la causa más frecuente de muerte) y meningoencefalitis.
El agente etiológico es el virus del sarampión, que pertenece a la familia de los Paramyxovirus y el único reservorio es el ser humano.
El modo de transmisión es fundamentalmente de persona a persona, por diseminación de gotitas a través del aire. La presencia de estas gotitas en el ambiente permite la transmisión aérea en lugares cerrados (consultorios e internaciones) hasta dos horas después.
El período de incubación es de 10 días (7 a 18), desde la exposición hasta el comienzo de la fiebre, y 14 días hasta el inicio de la erupción.
Con respecto al abordaje de esta enfermedad, cabe señalar que no hay un tratamiento específico, pero la misma puede prevenirse con la vacunación oportuna de la población susceptible.
En materia de aislamiento, se remarca que los niños no deben asistir a lugares públicos hasta una semana posterior a la aparición de la erupción. En los hospitales, el aislamiento respiratorio debe ser estricto.